Peter Pfrunder, director y curador de la Fotostiftung Schweiz / Swiss Foundation for Photography de Winterthur (Suiza), dijo que difícilmente podría encontrarse otro nombre en la historia internacional de la fotografía, cuyo trabajo haya sido peor entendido con tanta frecuencia y haya levantado tanta polémica, como el de Helmar Lerski.
Lerski, cuya familia era de origen polaco, nació en Estrasburgo en 1871 como Israel Schmuklerski. Su padre, un pequeño comerciante textil, fuel el primer judío polaco al que se le concedieron derechos civiles en Zurich, lugar al que se había trasladado la familia en 1876. Aunque en un principio inició estudios de banca, pronto lo abandona y en 1888 emigra a Estados Unidos donde fija su residencia y empieza a ganarse la vida como actor, realizando trabajos ocasionales en el teatro alemán de Chicago y cursando cursos de interpretación. En 1896 decide cambiar su nombre por el de Helmar Lerski.
No fue sino hasta 1910, a la edad de 39 años, cuando comenzó a interesarse por la fotografía y lo hizo a través de su esposa, una actriz proveniente de una familia de fotógrafos. Lerski opinaba que podía mostrarse el interior de todo ser humano si se utilizaba para ello la iluminación apropiada, así que realizó una serie de retratos basado en dichas premisas, en las que no trataba de mostrar el aspecto de las personas fotografiadas, sino como las veía él. A través de la luz, el ángulo de la cámara y la perspectiva, conseguía alterar la realidad, creando personajes que se acercaban a la visión del autor más que a la pura realidad.
En 1915 Helmar Lerski regresa a Europa y se introduce en el mundo del cine. Durante más de diez años, trabajó como camarógrafo, técnico de iluminacióny experto en efectos especiales paranumerosas películas mudas expresionistas en Berlín, entre otros «Metropolis» de Fritz Lang (1925-1926). A finales de la década de 1920, volvió su atención una vez más a la fotografía de retrato y participó enel movimiento de vanguardia que estaba tratando de lograr cambios radicales en el lenguaje de la imagen fotográfica. Sus imágenes, alejadas de las de otros autores, le convierten posiblemente en el fotógrafo de retratos más conocido de su época. Comienza a exponer su obra y realiza algunas publicaciones, de las cuales quizás la más importante fuera “Köpfe des Alltgs”, en 1931. En este libro Lerski mostró retratos de personas anónimas de la clase baja de la sociedad berlinesa, presentándolos como figuras teatrales.
También es en este periodo cuando realiza sus primeros viajes a Palestina, donde lleva a cabo su trabajo más radical, uno de sus proyectos más conocidos, “Verwandlungen durch Licht”, para el cual fotografió a una misma persona un elevado número de veces desde distintos ángulos y con un exhaustivo control de la luz. Aunque sus fotografíasde primeros planos capturan las características esenciales de una cara– ojos, nariz y boca –, su principal preocupación no era la aparienciafísica o semejanza superficial sino el potencial interior más profundo: por ello sehizo hincapié en la capacidad de cambio, en mostrar las diferentes caras de un individuo. Con la ayuda deun máximo de 16 espejos y filtros, dirigió la luz natural del sol en constantesnuevas variaciones y refraccionessobre su modelo. Así consiguió, en una serie de más de 140 primeros planos «cientos de caras diferentes, incluido el de un héroe, un profeta, un campesino, un soldado moribundo, una anciana y un monje, de un único individuo fotografiado.»
Contrariamente ala idea convencional del retrato como expresión de la identidad humana, Lerski utilizael rostro humano como superficie de proyección de las figuras de su imaginación.
Sin embargo, a pesar de que Helmar Lerski fue uno de los retratistas más importantes e innovadores del siglo XX y de que reconocidos historiadores de arte lo hayan situado entre figuras tan importantes como Alfred Stieglitz, Edward Steichen y Paul Strand, lo cierto es que en su país, Suiza, apenas es conocido por el público en general. Su obra se haya recogida en el Museum Folkwang, en Essen.